NEURONAS QUEMADAS DIVAGANDO
-peligro de catarsis-

domingo, septiembre 23, 2007

¡Qué linda es la familia! (?)

Cumpleaños de mi mamá, ergo: reunión familiar. Por suerte no cayeron todos juntos ni al mismo tiempo, porque era más de lo que yo podía aguantar.
Siempre que nos juntamos todos me doy cuenta de que nadie pensaría que somos una sola familia: los parecidos físicos entre nosotros son contados con las manos y somos absolutamente diferentes en todo lo demás también. Parece más una reunión de ex integrantes de Gran Hermano famosos que una reunión familiar...
Para empezar, cayeron (demasiado temprano, como siempre) mis tíos: por el momento mi tía sigue siendo budista, pero nadie descarta que la próxima vez que venga se haya hecho musulmana o testigo de jehová o haya vuelto a las raíces y vuelva a rezar el Padrenuestro. A esta altura tiene una mescolanza impresionante de religiones varias, visible en los cuatro mil dijes religiosos que le cuelgan del cuello. El marido es Judío. No practicante, sólo es judío por el apellido. Lo impresionante es que la madre de mi tía sea católica al extremo, mi prima sea atea y mi primo un judío ortodoxo (según él al menos). Qué mezcla! De todos modos, hablar con mi tía de religión es interesante y siempre quiere llevarme a una de sus clases de yoga y meditación y mis primos viven invitandome a sus campeonatos de karate y contorsionismo respectivamente. Mi tío es una planta: no opina, no habla, no nada. Se duerme sentado en cualquier parte. La tía de mi papá (o la mamá de mi tía) es un caso aparte: tiene 87 años y está mejor que cualquiera de los cuarentones de la familia. Una capa la vieja, cuando se ponen a hablar de lo mal que esta todo y de que la juventud esta podrida ella se levanta, los manda a la mierda y me pide que le ponga un CD, "de esos que escuchas vos" y mueve el piecito al compás de Fito Páez, Calamaro, Los redondos...
Más tarde cayeron mis otros tíos. Él es un viejo insoportable. Siempre tratando de hacerse el vivo, siempre con la crítica al filo de la lengua. Y es incapaz de decir algo realmente inteligente. Mi prima es un caso extraño: 32 años, soltera y con apuro para dejar de estarlo, insoportablemente religiosa (cristiana, no católica, una distinción importantísima para ella). Va a la iglesia, trabaja en la iglesia, colabora en la iglesia y es de lo único que se puede hablar. Cada vez que la veo termina diciendome que necesito acercarme más a Dios y que ella está dando unos seminarios de castidad que me vendrían bárbaro (eh?!). Por otro lado, sale con un tipo casado y con dos hijos. Se confiesa el Domingo a la mañana y a la tarde se encuentra con él... El hermano en cambio es copado, yo lo adoro. Medio cuida, pero divino. Mi tía es un caso especial: la mina te va a defenestrar de arriba a abajo. Pero con tanta sutileza que vas a terminar agradeciendole su preocupación. Algo así como Mirtha Legrand con sus invitados, no sé si me explico. Según su opinión, necesito bajar de peso, teñirme de pelirroja y buscarme rápido un tipo con plata y casarme. y una vez casada ya no hace falta que termine la carrera ni que trabaje porque si el tipo tiene plata me puede mantener y yo me puedo quedar en casa con los chicos (¿Ehhhhh?). Pero me tengo que apurar, porque la juventud se pasa pronto y un dia voy a tener 30 y me voy a quedar para vestir santos (su hija tiene 32... ato cabos?). y ya que estamos, podría borrarme los tatuajes que son tan feos y vestirme con colores más femeninos, como el rosa, o el blanco, o el rojo y ponerme un poco de corrector de ojeras para disimular que sali anoche y volvi tarde... "Gracias, Tía, siempre tan amorosa"... Vieja de mierda. Y entonces entra la tia de mi papá, la mira con cara de traste y me lleva del brazo al patio: "no les hagas caso, nena, estan todos locos estos".
Y ya para la hora del asado cayeron mis padrinos. Son los únicos a los que realmente me encanta ver, ademásd de mi primo. Debe ser porque con ellos no comparto genes, seguro. Mi madrina siempre sonriente y charlatana, mi tío siempre de buen humor y tratando de ayudar en algo y haciendo cagada (y se la perdonamos porque el flaco es un sol) y mi primita (primita?! Chechu, tiene casi 20 ya! reaccioná) siempre con alguna pregunta incómoda para hacerme, pero que "solo yo le puedo responder" y preguntando cómo andan las cosas en mi vida.
Y después el lechón, que para algunos estaba espectacular y para mi tío, como siempre, le faltaba un poco más de lo que sea (tiempo en la parrilla, fuego, adobe, vida...), las charlas cruzadas de un lado a otro de la mesa, el que siempre esta perdido y no sabe de que hablan, el que se queda dormido con dos copitas de vino, los pendejos que nos peleamos por la música, la sobremesa con el recordatorio de los que ya no estan, el cafecito con postre, las charlas de mujeres grandes (recetas, edad, maridos, hijos, celulitis, dietas, diabetes...), la charla de los hombres grandes (autos, futbol, minas)... Los juegos de mesa y la mateada de la tarde, los regalos que habra que cambiar porque quedaron chicos/grandes, los que realmente gustaron y los que no se sabe en qué pensaban cuando lo compraron, el "llevate un pedacito de torta que sobró un montón" y la consiguiente búsqueda de un tupper en el que entre, el "salí vos primero que me cruzaste el auto adelante del mío", los ocho mil comentarios que podrían haber hcho durante el día pero que se acordaron de hacer justo cuando estan todos en la puerta, la búsqueda de llaves, anteojos, billeteras y demás objetos olvidados y la despedida y el desroden generalizado de platos, vasos y demás que quedó en la casa.
Que alguien me chasquee los dedos y diga "una familia muy normal" al ritmo de la cortina de la familia addams, por favor...

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